Viaje de yoga a la India
Aunque en esta época tan rara, donde viajar sigue siendo normal para algunos y aterrador para otros con lo que está pasando, he pensado compartir una experiencia que para mi fue muy enriquecedora, mi viaje de yoga a la India. También es una forma de dar a conocer otra forma de vivir el yoga que es viajando.
Viajar a la India…cuando dije que me iba a la India escuché todo tipo de comentario desde personas que me decían que le hubiera encantado poder estar en mi lugar a personas que me consideraban valiente porque ellas no hubieran nunca tenido el valor de viajar allí y personas que me decían que no les atraía para nada.
Viajar a la India
India polariza desde el primer momento y no hay termino medio o tienes un fuerte deseo de viajar allí o no quieres ir porque te da miedo lo que te puedes encontrar. Y en el momento que viajas a la India sigue polarizándote o te enamora o no querrás volver.
Viajar a la India es una experiencia muy intensa, hay que ser capaz de dejarte llevar y tener la mente abierta porque vas a enfrentarte a sus colores, sus olores, su pobreza, sus tradiciones y puede llegar a ser una experiencia transformadora. Hay que ir más allá de todo lo que te puedes encontrar, hay que conocerla desde dentro para vivirla, sentirla en tu piel.
Un amigo cuando le dije que me iba a la India me dijo que me iba a enamorar de este país y así fue.
Como empezó todo
Como todos los años estaba organizando mis vacaciones y me apetecía hacer algo diferente, un viaje especial pero no tenía claro como podía hacer algo especial hasta que gracias a una recomendación llegué a la pagina de un agencia que organizaba viajes diferentes, no era la típica agencia de viaje y descubrí que hacían viajes de yoga. Eso era!!! Este era el viaje especial que estaba buscando … lo había encontrado… ¿Porqué no? Viajar y practicar yoga. Llevaba ya años que practicaba yoga y la verdad desde el momento que entró en mi vida fue amor a primera vista. En seguida noté los beneficios que me aportaba tanto a nivel físico como mental y que me sigue aportando porque desde entonces no he dejado de practicar. Al final no viajé con la agencia que había encontrado por un tema de fechas pero la idea ya estaba en mi cabeza. Seguí buscando para encontrar un viaje de yoga que me podía encajar y así fue: allí estaba un viaje de yoga a la India
Mi viaje
Viajar a la india se me quedó pendiente desde hace muchos años y era para mi especial y lo iba a ser más, practicando yoga donde nació esta disciplina muy antigua.
Para los yoguis ir a la India es algo que nos mueve, es ir al lugar donde nació esta filosofía, donde los grandes gurús enseñaron esta disciplina. Es como un sueño.
La India tiene mucha espiritualidad, muchas tradiciones pero también mucha pobreza, suciedad, no nos vamos a engañar, muchos olores fuertes…por eso si me preguntan ¿Todo el mundo puede ir a la India? Obviamente sí, ¿Todo el mundo le encantará un viaje a la India? Obviamente no. Hay también muchas formas de viajar a la India y de verla aunque en esto no voy entrar yo me voy a centrar en la que fue mi experiencia y como la viví yo.
Volando
Cuando subí al primer avión, hacía escala en Munich y de allí cogía el vuelo hacia Delhi. Estaba muy emocionada y un poco asustada porque no sabía que me iba a encontrar. Había oído de todo sobre la India. Me sentía pequeña delante de la experiencia que me esperaba. A pesar de todo los miedos que podía sentir, las ganas crecían por momentos y más, cada vez que pasaban las horas y me acercaba y los kilómetros que me separaban de mi destino se quedaban atrás.
La India es un país enorme… os voy a dar solo un números:
Extensión: 3.287.263 Km2 (más de 6 veces España) tenía claro que con los días que tenia allí solo podía centrarme una pequeña parte.
Así que empezamos…
El itinerario
Para un poco localizar el viaje antes de entrar en los detalles. Nuestra aventura duró 12 días que no son muchos pero igualmente fue un experiencia muy bonita y sigo agradeciendo por ella.
¿Por dónde íbamos a viajar?
La aventura empezaba en Delhi aunque allí no nos íbamos a quedar mucho, Agra para ver el Taj Mahal, vuelta a Delhi para coger un tren por la mañana y llegar a Haridwar y de allí a Rishikesh, dos ciudades sagradas, Chandigarh para pasar la noche y McLeod Ganj/Dharamsala para terminar.
El viaje se desarrollaba con la práctica de yoga que solía ser por la mañana pero también aprovechamos lugares especiales para meditar. El resto del día visitábamos los diferentes lugares e íbamos conociendo las tradiciones del país. Tomamos varios medios de trasporte, autocar, tren, avión teniendo en cuenta que el país es muy grande y moverse por carretera no es fácil. Recorrer pocos kilómetros se puede tardar mucho más de lo a que estamos acostumbrado porque las carreteras no están en la condiciones a las que estamos acostumbrados.
Delhi día 1
Hay que empezar bien el día con un buen desayuno para coger fuerzas, esto para mi es muy importante en mi rutina habitual y lo mantengo en mis vacaciones. También el desayuno es un momento para tomarse con relax y en este caso para conocer. Estoy desayunando con dos de las compañeras del viaje que llegaron como yo por la noche y así nos podemos ir conociendo ya que compartiremos unos cuantos días juntas. Este primer día nos espera conocer un poco de Delhi y luego irnos por la noche a Agra.
La verdad que la visita en Delhi es bastante breve y concentrada en la mañana.
Nos paramos a visitar la Puerta de la India, monumento construido entre 1921 y 1931 en memoria de los soldados indios muertos en la Primera Guerra Mundial y las guerras afganas de 1919. Los nombres de los soldados muertos están inscritos en sus paredes. Bajo el arco arde día y noche una llama en memoria de los caídos en la guerra indo-paquistaní del 1971.
Como empezó a llover, no hay que olvidar que agosto es época de monzones, nos fuimos. Nuestra siguiente etapa fue el Monumento a la memoria de Gandhi o Raj Ghat, un lugar lleno de paz. Hay solo una losa de mármol negro donde el líder de la India moderna fue incinerado. Sus cenizas fueron luego esparcidas como es tradición en el rio Ganges. El mármol está rodeado por jardines. De aquí, bajo una lluvia torrencial nos dirigimos a Agra para dormir allí y el día siguiente ver el Taj Mahal, una de las 7 maravillas del mundo.
Agra día 2
El segundo día empieza a las 7 de la mañana con una buena práctica de yoga aprovechado que no está lloviendo en la terraza del hotel. A pesar de la humedad una buena práctica por la mañana te carga de energía y es la energía que luego te llevas todo el día para disfrutar de lo que vas a ver.
Después del desayuno nos dirigimos a la visita del Taj Mahal. Creo que es muy difícil aunque parezca un tópico encontrar las palabras para describir tanta belleza. Es entrar y verlo de frente con la suerte de tener un día soleado…brilla, es energía y es amor. Esta rodeado por jardines por todos los lados. Fue construido por el 5º emperador Mongol (Shah Jahan) para su tercera mujer, Mumtaz Mahal que se dice fue su único verdadero amor. Sus últimos deseos fueron pedirles 3 cosas a su marido: el primero que se volviera a casar, el segundo que educara a sus hijos como un padre y no como un emperador y el tercero que construyera una tumba muy bonita en su honor. Se tardaron 22 años e hicieron falta 20.000 operarios. Es de una belleza única. Por dentro es muy sencillo respecto a lo que es fuera.
Terminada la visita nos dirigimos al centro de rescate de Elefantes WildLife SOS. La salida de Agra nos muestra otra parte de la India, su pobreza, su caos, la suciedad, niños jugando por encima de montaña de basuras o en charcos de agua como si fuera una piscina. Se nota como dejadez, cosas construidas a medias y luego a lo mejor en el medio de todo esto te encuentras un hotel de lujo. A pesar de todo esto lo que te sorprende es la sonrisa en su cara, los niños que te saludad cuando pasas y que les encanta que les hagas fotos.
La visita al centro es otra etapa importante, todos los elefantes que hay aquí 13 hembras y 6 machos han sido rescatados de una situación de maltrato utilizándolos con turistas o para transporte. De hecho todos han subido algún trauma o lesión y no se han podido recuperar del todo. Te cuentan la historia de cada uno de ellos, dejan que te acerques a tocarlos y a darles de comer. Hay que tener mucho cuidado porque hay mucho turismos que implica la explotación de los animales aquí en la India. Esta es una forma bonita de acercarte a estos animales de una forma responsables y de ayudarlos.
Volvemos Delhi a pasar la noche para coger el tren mañana e ir a Rishikesh donde entraremos más en la cuna del yoga.
Salida a Haridwar – Rishkesh días 3/4
Nos levantamos muy temprano para coger el tren dirección Haridwar (5 horas de viaje para unos 215 km). Llegamos a la estación con bastante antelación porque en la India siempre hay que tomarse el tiempo necesario para ir de un lugar a otro porque nunca sabes lo que te puedes encontrar. Un tren en la India es toda una experiencia. Va lleno y tengo como la sensación que ahora nos estamos metiendo de lleno en una realidad nueva. Empezamos a entrar en contacto con los que son los olores, las realidades más autenticas. Todo resulta ser un aventura en este viaje, nos traen un desayuno que a parte de una galletas y zumo, hay agua caliente en una tetera de plástico para hacerte té.
Mirar por la ventana es ir a meterte en otra realidad de pobreza, dejadez. Todo está llenos de basura, los niños jugando allí y las casas como a medio construir y las vacas paseados. Las vacas son animales sagrados en la India y las puedes encontrar paseando en cualquier lado. Son muy delgadas … ella también reflejan un estado de pobreza. La fotografía es otra de mis grandes pasiones pero es imposible hacer fotos por el cristal. Las fotos tendré que hacerlas con mi mente, allí se tienen que quedar y creo que en este momento esta es la experiencia.
Haridwar
A nuestra llegada a Haridwar hubiéramos tenido que coger nuestro autobús azul para ir a Rishikesh pero cuando llegamos allí acabamos de pleno en una celebración festiva con todas las calles cerradas. Haridwar es considerada una de las ciudades más sagradas de la India y la festividad es una celebración a Shiva donde gente de todo el país viene en peregrinaje para bañarse el las aguas del rio Ganges y recoger agua para llevarse en unas tipo cantimploras de plástico que llevan encima. Este ritual es conocido como el Kanwar Yatra y nuestra llegada coincidió con la celebración. Como estaban las calles cerradas tuvimos que cruzar casi todo el pueblo por llegar a una zona donde el autobús azul nos esperaba. Hacía muchísima calor y con la mochila en la espalda os podéis imaginar lo que puede llegar a ser pero no pasaba nada porque estábamos de pleno en una celebración tan autentica, tal real que todos los sentidos están abiertos a semejante maravilla. Obviamente vimos de todo, fiesta y celebración pero también tanta pobreza. Lo más impactante fue lo que provocamos en la gente del lugar, nos convertimos en la atracción del pueblo. Grupos de chicos venían hacia nosotras para hacerse selfies, era algo impresionante. Entiendo que para ellos somos algo exótico pero no pensaba tanto. Es verdad que les encanta que les hagas fotos pero más les encanta hacerse fotos contigo. De todas manera en ningún momento tuvimos la sensación de estar en peligro. El trayecto que tenían que ser unos 20 minutos se convirtió en una hora y puso a prueba nuestra resistencia entre la calor y la situación. Cuando desde lejos vimos el autobús azul fue casi un sueño, decir que estábamos sudadas era poco. De aquí nos fuimos dirección a Rishikesh, otra aventura más ya que aquí el estado de las carreteras no es muy buenos y menos en época de lluvias.
Rishikesh
Llegamos al alojamiento y fuimos a comer algo justo en frente y luego nos dirigimos al centro de la ciudad para asistir a la ceremonia Aarti.
Hay bastante gente, muchos jóvenes como nos habíamos encontrado en Haridwar, la mayoría vestidos en naranja. Cruzar el puente no es fácil, seguimos siendo bastante el centro de atención y tampoco hay muchos otros turistas pero conseguimos llegar. La ceremonia Aarti se celebra cada día al amanecer y a la puesta de sol. Se celebra la diosa madre Ganga que es la personificación del rio Ganges, el río sagrado. Se utiliza una bandeja de metal con unas flores encima y se pone una lampara llena de una mantequilla que se llama Ghee o un aceite para mantener la llamas. Lo realizan unos sacerdotes vestido de color amarillo/naranja que van haciendo unos movimientos y acompañados de cantos y sonidos. Poder asistir ha sido muy emotivo, la energía que se genera allí es impresionante, ver como la gente participa, sentir los cantos, la vibración de los sonidos te llega dentro y te llena. Después de la ceremonia y bañar nuestro pies en el río sagrado volvimos al alojamiento para realizar una meditación todas juntas como un cierre para todos las emociones que has surgido en este día. Cuando realizas viajes así a veces es difícil encontrar las palabras para contar los que has vivido, hay cosas que se generan en cada persona y cada uno puede vivir a su manera, para mi fue algo que me tocó muy profundo, que llegó a mi alma y acabamos de empezar la parte más espiritual del viaje.
Rishikesh: días 5/6
Día 5
Este segundo día empieza con una clase de yoga al aire libre debajo de un porche rodeadas de flores y árboles. Después del desayuno la idea es ir a un lugar donde nos podamos bañar en el río Ganges pero debido a las fuertes lluvias nos vemos obligadas a renunciar porque las carreteras de acceso al sitio están cerradas. Así volvemos a Rishikesh y paseamos por el pueblo con nuestra guía que os empieza a explicar la ciudad. Entre otras cosas ponemos un punto turístico a esta ruta y visitamos el ashram donde estuvieron los Beatles. En nada nos volvemos a ver rodeadas de chicos, es impresionante, cada vez que nos movemos están donde estamos nosotras. Vayamos donde vayamos de repente siempre aparecen, somos una atracción en movimiento.
Vamos a un café a la orilla del río para tomarnos una bebida típica de aquí, es una bebida caliente que lleva jengibre, miel y limón. Y como el sitio es bonito ya nos quedamos para comer. Mientras estamos comiendo empieza a llover de forma torrencial y esperamos a ver si pasa para poder salir. Pero no pasa así que nos armamos de coraje y salimos con nuestros chubasqueros para ir a una zona del pueblo donde hay unas tiendas y está como tapado. Decir que estamos mojados es poco, tenemos los zapatos sumergidos en agua. Es el primer momento que estamos solas por la calle, nos acompañan solo las vacas que también están intentando protegerse y los monos. Por suerte mientras seguimos paseados por aquí deja de llover y es como la calma después de la tormenta, todo aparece más tranquilo, ya no hay el bullicio de antes. Poco a poco todo va volviendo a la normalidad y las calles se vuelven a llenar de colores, luces y celebración.
Día 6
Nuestro tercer día en Rishikesh empieza con una buena práctica de yoga y una meditación. Empezar el día de esta forma te da un carga de energía muy bonita e intensa. La práctica de yoga ayuda a despertar de la mejor forma tu cuerpo y tu mente y te prepara para todo el día. La meditación ayuda a calmar tu mente, a disfrutar del presente. Esto por lo menos es lo que me pasa a mí. Si no habéis probado una buena práctica de yoga por la mañana es muy recomendable y muy sana. Muchas veces en nuestra rutina diaria es difícil ya que nos levantamos de prisa pero en vacaciones sí que podemos aprovecharlo y a lo mejor cuando vemos sus beneficios ya nos damos cuenta que nos gustaría integrarlo en nuestro día a día.
Hoy nos espera la visita a un templo a 1800 mt en la cordillera del Himalaya. Llegar va a ser toda un experiencia, parece una de estas carreteras que se ven en los videos donde te preguntas como pueden pasar por allí y todo está tapado por la niebla. El camino no es fácil, hay piedras y árboles que se han caído y en una ocasión tenemos que dar la vuelta con una maniobra decimos no de las mejores, pero al final conseguimos llegar al templo. Es un templo dedicado a la mujer de Shiva, Sati. Para llegar hay que subir unos cuantos escalones. Debido a la niebla no podemos disfrutar de las vistas pero aprovechamos para recibir la bendición del sacerdote dentro del templo que nos pone el bindi( marca roja entre los ojos) con pegado arroz y nos da arroz inflado para comer. El arroz es símbolo de prosperidad. Después hay que dar tres vueltas al templo. Cuando cada uno de nosotros ha recibido su bendición, nos sentamos en la parte trasera del templo y hacemos una meditación guiada. Es una experiencia muy enriquecedora.
Volvemos a Rishikesh porque nos espera una clase de cocina ayurvedica. Seguimos conociendo más en profundidad la cultura de este país. El ayurveda es una ciencia muy antigua con más de 5000 años de práctica en la India. Ayurveda significa ciencia de la vida. La clase se desarrolla en casa de una familia y empieza con una explicación sencilla de como funciona el ayurveda. El objetivo de la cocina ayurvedica es dar energía positiva y te ayuda para tener larga vida. Esto obviamente es un pequeño resumen, la ciencia del ayurveda es muy compleja y podríamos estar aquí hablando por largo tiempo. Preparamos 5 platos diferentes y la verdad es muy entretenido e interesantes y sobre todo los platos están todos riquísimos. Lo bonito de un viaje es tener la posibilidad de conocer desde dentro tradiciones, cultura, ciencia y volver con un equipaje personal que no tiene precio. Así que puedo decir que este fue un día muy completo y disfrutado a tope.
Viaje hacia Dharamsala: días 7/8
Hoy empieza el viaje hacia el norte. Empezamos con una buena práctica de yoga que hoy más que nunca nos va a hacer falta. Nos esperan 250 km de viaje hasta Chandigarh donde pasaremos la noche para luego seguir hacia Dharamsala, la última etapa de nuestro viaje. Aquí 250 km son muchas horas de viajes, así que el yoga nos ayuda a estirar nuestro cuerpo y moverlo un poco y no sólo esto, también para dar a nuestra mente la flexibilidad de enfrentarse al viaje. A pesar de todo este viaje es una oportunidad, cruzamos 3 estados y vemos una India diferente sin turistas, observar aunque sea por una ventanilla pasando o pararse en algún momento es una oportunidad. He aprendido a apreciar cada momento en un viaje, todas son oportunidades para aprender.
Chandigarth
Chandigarth es una sorpresa, parece de estar en otro país. Es una de las ciudades más rica de la India. El arquitecto Le Corbusier dibujó lo que es el plano urbanístico de la ciudad a parte de varios edificios. Desde la llegada se nota la diferencia en todo, es un cambio radical. Es mucho más similar a una ciudad europea. Es una ciudad moderna con jardines y hay carteles por todas las carreteras de no pitar, algo que choca en la India pero que por otro lado te indica de lo diferente que es aquí. Llegamos al hotel, cena y a dormir que mañana hay que levantarse temprano para seguir hasta el norte.
Seguimos hacia el norte
El día 2 del viaje empieza con el despertador sonando a las 5,30 para una práctica de yoga más corta pero necesaria para otro día de viaje intenso. Hacemos una parada en el camino para visitar un templo Sikhs y conocer otra religión presente en la India. Nos paramos en Anandpur Sahib, una de las ciudades más sagradas para los Sikhs ya que Shiri Guru Gobind Singh Ji (décimo y ultimo Guru de los sikhs, ya que decidió que el ultimo y permanente Guru sería Sri Guru Granth Sahib, las escrituras sagradas de la religión Sikhs) pasó aquí 25 años de su vida enseñando y guiando esta religión. Alguna información sobre los Sikhs: nunca se cortan el pelo ni la barba, el pelo siempre está recogido en un turbante y para recogerlo utilizan un pequeño peine de madera. Llevan unos pantalones hasta las rodillas y en las caderas llevan una pequeña daga que simboliza poder y libertad de espíritu, autorespecto, la lucha constante del bien y la moralidad sobre la injusticia. El templo es impresionante, todo blanco. Aquí tanto hombres como mujeres nos tenemos que cubrir la cabeza con algo. Hay mucha gente y dentro están rezando. De aquí seguimos nuestro viaje hasta nuestro destino final McLeod Ganj/Dharamsala donde nos alojaremos en el monasterio Tse Chok Ling de monjes budistas entres las montañas que pertenecen a la cordillera del Himalaya. Otra experiencia muy enriquecedora va a empezar.
Dharamsala: días 9/10/11
Día 9
Despertador a las 6,20 para practicar yoga, muchos de vosotros seguramente se pondrán las manos a la cabeza leyendo esto y pensando … ¿Madrugar tanto en mis vacaciones? No había nunca disfrutado tanto de levantarme temprano y me gusta dormir pero aquí es levantarse y salir fuera, escuchar los ruidos de la naturaleza, el aire fresco y observar el sol que ya está despierto me entran sólo ganas de cargarme de energía y disfrutar de este día. El monasterio está entre las montañas, rodeado de árboles, es paz lo que se siente aquí. Después de la practica de yoga que realizamos en una sala del monasterio nos preparamos para ir a visitar el museo tibetano. En esta zona de la India hay refugiados muchos tibetanos que se han escapado de las persecuciones en Tibet, el mismo Dalai Lama tiene su residencia aquí. Después del museo visitamos el templo al lado Tsulang Khang, hay muchísimas gente, rezando, estudiando, el templo está lleno, es un atmósfera única y mágica. Dentro del complejo del templo hay una pequeña casa donde reside el Dalai Lama. Es muy sencillo e integrado en la naturaleza que lo rodea. Lo vistamos y acabamos en las ruedas de meditación con inscrito el mantra OM MANI PADME UM.
Justo aquí enfrente ofrecen comida gratis y aprovechamos para comer. Es arroz con lentejas y está muy bueno. Por la tarde nos dedicamos a pasear por este pueblo muy tranquilo, a aprovechar para comprar algún regalo o algún detalle típico. Después de las aglomeraciones festivas de Rishikesh y Haridwar esto es una placer único, pasear por las calles con tranquilidad, pararte en las tiendas, hablar con la gente.
Por la noche antes de ir a dormir realizamos otra meditación fuera en el jardín bajo las estrellas y la luna. Todas tenemos las emociones a flor de piel y las reacciones pueden ser de todo tipo.
Día 10
El segundo día también nos despertamos temprano y después de la práctica de yoga los monjes nos dejan asistir a sus rezos. Cantan por alrededor de una hora y nosotras estamos sentadas en unos cojines alrededor. Después de los rezos desayunos y ducha y salimos para ir a hacer un trekking en los alrededores del monasterio. Por el camino nos cruzamos con una iglesia que lleva el símbolo de los templarios. Cruzamos por un pequeño pueblo y llegamos a un lago sagrado donde una vez al año se celebra una fiesta y todo el mundo se puede bañar. Paseamos alrededor del lago, nos relajamos y de aquí decidimos ir al pueblo de Dharamsala, lo divertido es que vamos en Tuk tuk. La verdad que no hay mucho que ver aquí, es mucho más bonito el pueblo donde estamos Mcleod Ganj así que después de comer volvemos allí. Pasamos la última tarde en el pueblo disfrutando de pasear, de ver tiendas, comprar los últimos regalos, hay cosas muy bonitas aquí y ya después de cenar algo volvemos al monasterio. Fue una tarde bastante intensa con más de una experiencia divertida, de las que le ocurren a los viajeros pero no hubo nada que nos pudiera parar de disfrutar de estas últimas horas. A la vuelta empezamos ya a preparar nuestra mochila, que se ha llenado un poco estos últimos días pero la que más se ha llenado en este viaje es nuestra mochila personal.
Día 3
Es el ultimo día y como me he despertado antes de que sonara el despertador he salido a la terraza a escribir un poco y a disfrutar de la calma. A las 7,30 bajo a la clase de yoga, hoy es una clase especial con meditación de cierre a esta aventura. Después del desayuno y la ducha como tenemos tiempo seguimos disfrutando de unos paseos en los alrededores.
Ya es la hora de empezar el camino de vuelta. Como el autobús azul no puede bajar hasta el monasterios unos taxis cargan nuestras mochilas y nosotros vamos andando…pero otra aventura nos espera y empieza una tormenta impresionante y obviamente como había sol los chubasqueros están el las mochilas en los taxis y acabamos totalmente empapadas. Además como estamos caminando por un bosque algunas de nosotras se empiezan a encontrar en los zapatos y subiéndoles por las piernas sanguijuelas. Estamos en pánico, al subir al autobús todas nos sacamos zapatos, calcetines, miramos por debajo de los pantalones, terrible… pero al final acabamos riéndonos todas. Nuestra despedida de la India no podía ser de otra forma. Al llegar al pequeño aeropuerto nos secamos, nos cambiamos de ropa y hacemos el checking. Llegamos a Delhi al hotel donde dormirán el resto del grupo menos las de Barcelona que ya nos vamos por la noche. Cenamos todas juntas y empezamos a despedirnos. Hemos compartido muchas cosas, muchas aventuras y mucha experiencias. Ha sido un viaje muy bonito y lleno de buena energía.
La vuelta día 12
Los aviones de vuelta siempre tienen una sabor extraño, piensas en todo lo bonito que has vivido y al mismo tiempo sabes que ya se ha acabado. Es cuando yo también reflexiono sobre la experiencia, lo que he aprendido, lo que me ha aportado y cuantas cosas nuevas han llenado mi mochila personal.
Cada viaje para mi es vida y energía pura y sobre todo único por lo que te pasa, la gente que encuentras, el momento y aunque volvamos a estos lugares serán experiencias diferentes.
Voy a acabar así el relato de mi viaje…
«Camina lenta porque el único lugar donde tienes que llegar es a tu alma»
Esta frase me la envió un amiga cuando estaba allí y la tengo apuntada en mi libreta de viaje así que pido ya disculpa si es copiada de alguien, busqué pero no la encontré.
Esta frase me hizo reflexionar en su momento y lo sigue haciendo, estamos acostumbrado a vivir todo tan rápido, el día a día, la rutina, que muchas veces pasamos por los sitios y no los sentimos. Hay que sentir, hay que crear conexión, viajar es una experiencia tan bonita y tan enriquecedora que más lento lo haces y más disfrutarás y más conectarás con el lugar y con tu alma.
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